Al más puro estilo de los relatos de enigmas de Javier Sierra, El maestro del Prado presenta un apasionante recorrido por las historias más desconocidas y secretas de una de las pinacotecas más importantes del mundo.
Este libro se convertirá en todo un referente para aquellos visitantes del Museo del Prado de Madrid que quieran ver más allá de lo que muestran sus pinturas.
una trama apasionante que tiene como hilo conductor la presencia y las enseñanzas del doctor Luis Fovel, un hombre misterioso al que un jovencísimo Sierra conocerá una tarde de finales de 1990 frente a La Perla.
El autor hoy nos ha adelantado algunos de los enigmas:
Jardín de las delicias, el Bosco (1500-1505)
El periodo en el que Dios dio forma al mundo, representado dentro de esa
esfera traslúcida. Los atributos de ese reino son el
invierno, el agua y la noche. Todos están reflejados aquí. Dios esta representado en la esquina superior izquierda,con un libro entre sus manos. Su expresión es la de un hombre mayor y cansado, que observa y nos enseña el mundo que ha creado.Ahora, Javier, abre el tríptico.
Camino de la advertencia (panel de la izquierda).
Sendero de la profecía (panel de la derecha)
Al «leer» este tríptico desde la izquierda, primero se vera el
paraíso y la creación del hombre, luego su multiplicación sobre la Tierra y la
ulterior expansión y corrupción a la que conduce el pecado de la carne. Y justo
después, el fin. El infierno. El castigo por los excesos.
Si comenzamos a leer desde el derecho, entonces, tomaríamos el camino de la profecía. Entenderíamos que el primer panel muestra el reino del Hijo, el que vivimos hoy. La naturaleza brilla por su ausencia. Ahí sólo
destacan edificios y cosas hechas por el hombre que se han vuelto contra él. Es
el mundo que habitamos hoy.
Por eso, al saltar al panel central, esa
exuberancia de naturaleza, agua, frutas y seres vivos se interpreta como algo
que está por venir. Te está diciendo que la humanidad está predestinada a
librarse de las cargas del mundo para convertirse en una comunidad cada vez más
inocente, menos apegada a la carne. Más espiritual. El panel central, pues,
dejaría de verse entonces como la representación de los pecados de nuestra
especie para admirarse como la representación de un estadio evolutivo superior
respecto a la humanidad del infierno. Y entonces, viendo la última tabla, la de
la izquierda, comprenderíamos que al final de los días volveremos al paraíso y
estaremos codo con codo con Jesucristo.
El
hombre vestido del panel de la izquierda, junto Adam y Eva, se asemeja más a Jesús que al Dios anciano que está en la otra cara del panel.
Estoy ahora mismo leyendo este libro. Y me parece fascinante. Esta bien narrado. El que sea nombrado por el autor como una experiencia en primera persona hace que te enganche todavía más.
ResponderEliminarVoy por la mitad del libro pero estoy fascinada por el misterioso doctor del museo del Prado. Y entusiasma por sus lecciones de arte.
Un saludo.